Cultumania

Noticias sobre cultura, artículos, reseñas y más

¡La cultura que nos invade hecha noticia!

"Cultumanía", es un blog periodístico que tiene como finalidad informar sobre lo que acontece en la cultura pop, arte, música y entre otras cosas, mediante artículos, crónicas, columnas de opinión, entrevistas, valoraciones, etc. Asimismo dar a conocer lugares culturales y turísticos pocos conocidos de Trujillo.

También, tiene como objetivo incentivar a las personas a presentar sus proyectos culturales, así como difundir eventos de este tipo.
sobre nosotros image

En la actualidad vemos que hay lugares mágicos, museos que cualquiera quisiera tener en su ciudad, festivales que ayuden a vibrar y sacar el lado artístico que todos tenemos, sin embargo, muchas veces la falta de difusión hace que esto sea una tarea difícil. En los últimos años Trujillo tuvo un gran crecimiento en cuanto a la realización de eventos culturales, lo cual, eso es un avance muy grande. Sin embargo, son pocos los medios que le dan nota a este tipo de actividades, lo que tiene como consecuencia la poca acogida que suelen tener los festivales, esto a causa de la poca información que hay sobre ellos.

La cultura nos ayuda a tener una identidad como ciudad, sin ella, seríamos una ciudad sin alma, no se podría explotar el talento artístico de tantos trujillanos que por historia siempre ha sacado buenos artistas, asimismo, nos permite darnos cuenta que tan bello es el lugar en donde vivimos y nacimos. Es por eso, que la difusión de museos, sitios turísticos y eventos sobre cultura es importante.

Como no recordar los festivales de marinera, música, concursos de dibujos, lecturas, poesías, entre otros, que de alguna u otra manera ayudan en la personalidad y desarrollo de cognitivo de las personas. También la fiesta de la primavera que se realizan cada año. Cada uno de esos eventos marcan historia en cada una de las personas que viven la experiencia de participar de esas actividades.

Es por todo esto que la cultura es lo más bello, ayuda en muchos aspectos a la formación de la persona y hace que uno se sienta orgulloso de donde viene, por eso, la difusión de los eventos culturales debe ser de carácter obligatorio tanto como participar de ellas, puesto que, siempre ayuda a sanar y embellecer el alma propia.

Descubre los lugares desconocidos que debes visitar si viajas a la siempre cálida ciudad de Trujillo

  •  07/12/2018 02:25

Reconocido actor de doblaje llega a Trujillo por primera vez para participar del festival Otaku Kai Iromatsuri 2019

  •  01/06/2017 00:00

Este deporte se puede practicar en Trujillo, todos los fines de semanas.

  •  30/05/2017 00:00

El tradicional festival de luces y colores se trasladará a otro local.

  •  30/04/2017 00:00
“La mejor herencia que he tenido de mis padres son los valores y la superación”. image
El docente universitario abre las puertas de su vida y cuenta cómo fueron sus inicios, sus dificultades y los hechos que marcaron su carrera profesional.
 
Raúl Rivero Ayllón, es un profesional con mucho reconocimiento y amplia experiencia, cumple cuatro décadas de trayectoria, con una voz de denota sabiduría, siempre vestido formalmente, pero con un gran sentido del humor, nos recibió amablemente en las instalaciones de la enorme Universidad Nacional de Trujillo, luego de dictar sus clases.

Nos contó un poco más de su vida personal y sus experiencias que vivió en su niñez junto a sus padres y hermanos, sus anécdotas de cuando era un joven estudiante, también sus pasatiempos favoritos, como era la relación con su familia, además de talentos ocultos que muy pocas personas saben que él tenía.

Bueno, acá nos encontramos con Raúl Rivero Ayllón, es un relacionista público, publicista, periodista y escritor, ¿cómo está maestro?
 
Bien, buenas tardes, encantado de recibirlos

Quisiera adentrarme un poco más en su vida ¿Cómo fue antes de ser el profesional que es ahora?

 Haber, déjeme recordar porque ya pasaron más de 60 años, mi familia es del valle Chicama, específicamente de la provincia de Ascope, pero en mi caso personal soy nací en Casa Grande, yo soy el último de mis hermanos, éramos cerca de 16, mi padre era zapatero y mi madre vendedora ambulante, tuvimos que salir del valle para que todos los hermanos tengamos oportunidades laborales, como todo provinciano en el movimiento migratorio, al ser el menor de todos digamos que yo disfruté de los beneficios, porque tengo un hermano mayor que es el literato, él tuvo que vivir la experiencia de lo que llamamos pobreza ahora al igual que todos mis hermanos mayores (…) Hubo un tiempo en donde viví en el pueblo joven La Esperanza, que ahora es un distrito, eran todo arenal, las casas de adobe, ahí viví toda mi adolescencia, en la práctica hasta terminar mi secundaria, en el colegio nacional de San Juan, luego en el año 70 ingreso a estudiar en el Instituto Carlos E. Uceda de Trujillo en el área especial de relaciones pública, como siempre digo mi formación a nivel de instituto es nocturno a mucha honra.

¿Tiene algún talento oculto que le haya servido en todos sus años laborando?
 
Yo tenía una cualidad que ahora ya me olvidé un poco, yo era dibujante, me gustaba el diseño, entonces dentro del marco de mi practica diseñaba los folletos, pero a nivel de mimeógrafo o sea a nivel de artesanal, tenía que dibujar en el famoso esténcil, era una placa de seda, tenía un papel carbón, y debajo había un cartón más grueso para proteger, se dibujaba el rostro con un punzón (…) Así empezó mi vida, arreglando máquinas, manchándome las manos, la ropa, manejando el mimeógrafo y dibujando.

¿Hay algún recuerdo bonito que tenga con algún familiar suyo?
 
Bueno, en realidad nosotros los hermanos Rivero Ayllón, fuimos hechos por la vida para andar por caminos distintos, Teodoro viajaba mucho al extranjero, mis otros hermanos también, trabajaban en otros lugares y muy pocas veces nos podíamos reunir, pero lo interesante es que cuando era el cumpleaños del abuelo todo el mundo viajaba en tren de Trujillo hacia Ascope, eso era lo más rico, viajar en el clásico tren que ahora ya no existe y eso nos unía, en el cumpleaños del abuelo y la abuelo en Ascope, se iba a la casona, toda la familia, no solo los Rivero-Ayllón sino también todos los “ayllones”, ahí se encontraba con las tías, eso era lo más agradable era un reencuentro de todos, con el transcurrir del tiempo, muy esporádicamente nos encontramos los hermanos exactamente Rivero-Ayllón, el 23 de septiembre ha sido el cumpleaños de mi hermano el literato Teodoro y nos encontramos todos los hermanos que sobrevivimos todavía.

¿Hay alguien que le haya inspirado para iniciarse en el periodismo?
 
En realidad, salimos del colegio San Juan en el año 68, fuimos a vagar por Lima, trabajábamos en todo lado, luego de encontrar una vacación que ya la tenía, ahora se llama comunicador, la necesidad de buscar acercamiento con la sociedad y ser una especie de diplomático organizacional, de repente ahí estaba la inclinación escondida, si no que no había antes una posibilidad de estudiar en universidad, por diversos motivos, así en el camino uno va encontrando en el camino sus propias experiencias, ahí nace, hice periodismo también, era corresponsal de radio antes trabaja en “Radio Sudamericana” que quedaba en Pizarro y practiqué el periodismo, saqué una revista, se llamó “Exclusiva” lo hice con un grupo de egresado de Uceda, tuve experiencia periodística en ese formato, trabajé haciendo notas de radiales cubriendo en el distrito de La Esperanza, con el tiempo fui colaborador de La Industria, haciendo notas o comentarios, pero lo más importante de la carrera no fue solo quedarme en periodismo si no entrar en el mundo de las relaciones públicas y eso tuvo más peso en mi vida, sin dejar el lado publicitario.

Bien, ahora como sabemos cuándo estamos en un instituto o universidad, no todo es estudiar y estresarnos, también habrá tenido pasatiempos libres en su época de estudiante ¿podría decirnos alguna anécdota por ahí?
 
Una cosa que casi nadie cree es que yo jugaba fútbol, tengo por ahí unas fotos, pero antiquísimas, jugué en un puesto que nadie se imagina, fui arquero, en La Esperanza y de ahí nos invitaba a otras provincias a jugar en las fiestas patronales, nos invitaban a Otuzco, Santiago de Chuco, Sayapullo, Contumazá, Cascas e íbamos, así como va Universitario de Deportes que va a jugar a otra ciudad y nos recibían con banda de músico, el equipo de fútbol invitado era la delegación máxima, nos recibían como héroes deportivos.

Tuve la oportunidad de vivirlo

Claro, si es muy bonito
 
Es como una sensación que te da energías para jugar

Por supuesto, es una festividad, jugábamos en la sierra de Sayapullo, el terreno de juego estaba en la ladera del cerro, el campo era inclinado, entonces el que perdía la pelota, se iba al abismo y el partido acababa.
Y me imagino los orificios en el campo, las piedras, la tierra
 
Qué bueno fuera tierra o pasto, era pura piedra, te resbalabas y terminabas lastimado. Encima el arquero volaba y caía allí en ese campo

Por eso usábamos coderas y rodilleras que eran de colchón, para que al momento de caer amortigüe, si no uno salía todo raspado. Una anécdota en lo deportivo fue cuando estaba en Sayapullo, ganábamos dos a cero y no sé cómo miré de casualidad a la tierra y me percaté que había ramas en forma de cruces pequeñas, pensaba que solo era eso, pero me di cuenta de que todo el arco estaba lleno de todo eso, era el signo de mala suerte, un tipo de brujería al arquero visitante, para ver si de esa manera podía ganar. Mi vida no ha sido solo trabajar, claro que ya he dejado el deporte, pero ya dejé el deporte, pero es parte de las vivencias

¿Podría decirme como era la relación con sus padres?
 
Fue buena, yo al ser hijo último, disfruté de la vida un poco más cómodo, yo viví con ellos hasta su muerte, yo he tenido la suerte si se puede llamarlo así o tener la dicha de hijo de bajar a mi madre del segundo piso cuando falleció, ella sufría de insuficiencia cardiaca, vivíamos en La Esperanza, en la madrugada le dio su ataque te imaginas bajar cinco cuadras a la panamericana a esa hora, buscar un taxi y llevarlo hacía el lugar, esas experiencias son maravillosa, ya que ahí se entiende lo que es el amor entre padres e hijos, cuando viene la muerte es el momento en donde uno entiende perfectamente. La mejor herencia que hemos tenido de ellos son los valores y la superación.
¿Y en cuanto a sus hijos, esposa como están ellos?
 
Bueno ahí los muchachos están bien, yo tengo cuatro hijos dos hombres y dos mujeres, tengo cinco nietos.

¿Ya son profesionales verdad?

Mis hijos ya son todos profesionales, mi esposa y yo vivimos los dos solo acá, un hijo está por Colombia, él es ingeniero de sistemas, otro está trabajando en Lima en el ministerio de justicia, mi otra hija es arquitecta está en Huancayo, mi otro hijo está laborando de médico en Chiclayo y nos vemos esporádicamente con ellos , pero ahí entra la ventaja del famoso WhatsApp, el cual por ese medio nos comunicamos con ellos.

Disfruta mucho de sus nietos cuando vienen
 
Por supuesto, ahora que están grandes, viajamos juntos con ellos cuando podemos, hay una relación maravillosa, tanto así que se comunican conmigo, claro me dicen abuelo, me hacen bromas, chistes, yo creo que esa es la mejor relación, me sienten su amigo y yo quiero ser eso, amigo de mis nietos, yo siempre les digo que soy su primo.

Y ya para terminar la entrevista, usted tiene más de 4 décadas de ejercicio de docencia y profesional, ¿Podría decirme cual es el hecho que lo marcó profesionalmente?
 
Fue en realidad, que he sido un gitano de las empresas, creo que sigo siéndolo, mi meta estudiantil nunca fue quedarme más de diez años, yo siempre he dicho, mi primer trabajo no más de diez años y se cumplió exactamente, entré en el año 74 hasta el año 84, renuncié del trabajo donde tenía laborando esa cantidad de tiempo y me fui a la Marina de Guerra del Perú, estuve ahí, en ese momento necesitaban civiles para que se incorporen, después me vino algo inestable, asesoré a una alcaldesa y de ahí me fui a los consorcios de los Rodríguez-Soyle, estando allá como universidad como profesor de comunicaciones, posiblemente el primer decano académico, renuncio y me voy a Chiclayo otros diez años, renuncio y me vengo a los registros públicos, o sea he sido un gitano laboral, yo creo que todo eso me ha formado.

Listo, muchas gracias maestro
 
Gracias a ti.
 
Espero en otra ocasión nos volvamos a encontrar
 
Yo creo que si, en cualquier otro momento, mientras que viva (Risas)
 
Listo maestro, muchas gracias
Dale, gracias a ti.


Cifra: Cuenta con más de 10 libros publicados, entre los más rescatables están: epistemología de las relaciones públicas, deontología periodística, sigue la línea, pero no te excites: los senos y las nalgas en la publicidad, entre otros.
Dato: Raúl Rivero Ayllón fue fundador del primer colegio de relacionistas públicos, redactando las normas transitorias de la ley 25250.
Carla Gálvez, una estudiante de derecho es también apasionada al teatro y nos comparte su visión del mundo a través del arte y como la ficción puede tener una conexión con la realidad.

¿Qué aspecto hace del teatro un arte tan indispensable?
Bueno a lo largo de mi vida he sentido que vivir sin arte, es vivir sin color. Y siendo este arte tan lleno de diferentes matices e incluso teniendo conexiones con otras artes, como la música y el baile, siento que para el mismo desarrollo humano es importante. Muchos podrán verlo como una mera diversión del momento, pero conlleva mucho más que esto.

¿Qué opinas de las personas que ponen a sus hijos a estudiar teatro?
Creo que es clave. Un niño que estudie teatro puede expresarse mejor, cosa bastante importante para el desarrollo de la seguridad personal y la felicidad en sí misma. Pero claro, es necesario que los chicos sean supervisados por adultos. En mi caso yo conocí el teatro desde mi adolescencia y creo que fue de gran ayuda. Pero siento que el teatro debe ser visto más que como un pequeño taller en donde llevar a los pequeños, o una diversión frívola, sin lugar a dudas es un arte.

¿Crees que existen prejuicios hacia la gente que hace teatro?
Si, aunque no lo he vivido en carne propia, sin embargo, varios de mis amigos han sido calificados de vagos, he incluso, en algunos casos de los varones, de afeminados. Bastante lamentable que esto suceda en lo que se supone que es una sociedad avanzada.

¿Cómo crees que se podría eliminar esos prejuicios de la gente?
Siento que, si se da la importancia que merece todo ira de la mano, no es solo ser respetuoso si no entender que se trata de una expresión artística y como tal debe ser contemplada. A veces solo se ve como una ficción, pero en las grandes obras de ficción se ve reflejada la realidad de distintas formas, así que no porque algo no sea naturalmente verdadero necesariamente signifique la desconexión de la realidad, todo lo contrario, nos acerca de una manera mágica.
“El teatro es el arte más completo, hay que saber de todo un poco” image
El viejo centro histórico de Trujillo alberga uno de los lugares más bellos e inigualables que se puedan encontrar, esta galería es capaz de atrapar a la persona de corazón duro, ese sitio es llamado “El museo del juguete”.

Viajar en el tiempo es una obsesión que el humano tiene desde décadas, cada uno de nosotros tenemos una etapa feliz en nuestras vidas, para algunos es la universidad, la salida con los amigos, los viajes tipo mochileros que se realizaban con ¨la colla¨, otros recuerdan con nostalgia su adolescencia, sobre todo el colegio, precisamente la secundaria en donde se empezaba a vivir las primeras experiencias de la vida, tales como el primer amor, la primera salida entre amigos, los quinceañeros, entre otras cosas. Sin embargo, hay una etapa en la que innegablemente todo ser humano fue feliz, mejor dicho, en su gran mayoría, ese llamado inicio de la vida en la que nuestra única preocupación es jugar, reír, dormir, ver dibujos animados, etc. A eso se le llama la infancia.

Es la llamada etapa más feliz que puede sentir toda persona, la inocencia que no nos hacía ver lo malo del mundo, todos ante los ojos de nuestro niño pasado, veíamos las cosas con transparencia, pero hay algo que siempre acompañará a los infantes, sea cual sea su condición social, un objeto de entretenimiento históricamente popular, el famoso juguete. No importa el material sea de trapo, madera, plástico, tela, siempre tendrá el mismo valor, incluso, cuando crecemos y volvemos a ver lo que alguna vez fue nuestro objeto favorito de nuestra niñez.

LLEGANDO AL GRAN LUGAR MÁGICO.
Hace unos días, saliendo de la universidad, decidí pasear por las calles del siempre hermoso centro histórico de Trujillo, todo era tranquilo, no había nada de tráfico, la gente alegremente caminaba a relajarse, entonces me percaté de un muro azul fuerte, desde que era niño contemplaba esa casona, parecía que todo el mundo ignoraba, nadie le tomaba importancia, me quedé observando un largo tiempo y leí el cartel con letras vintage de los años 20, era “El museo del juguete”, de niño en el jardín recuerdo que me llevaron de excursión a ese sitio, por supuesto, todos estábamos emocionados y queríamos llevarnos algunos muñecos de las vitrinas, dentro de mi inocencia ya me había dado cuento que el sitio no era muy difundido a pesar de ser el único museo que hay en el Perú. Luego tener ese recuerdo decidí entrar, tenía la misma entrada y subida de escaleras, todo era oscuro, al final se veía un cartel lleno de colores sobre un muro de color carmesí, sentí una tranquilidad enorme, el ambiente era caliente, con una calefacción muy natural, vi la puerta de madera y vidrio, me puse a buscar algún timbre, no encontraba nada parecido, hasta que me di cuenta de una tira, me dio curiosidad, empecé a jalar de ella y sonó una campana, es ahí donde recordé que su modo de llamar a la puerta era un estilo muy medieval, me hizo sentir como en el Siglo XIX, una chica muy amable me atendió, su nombre es Liz Aponte Chávez, muy servicial y de gran sonrisa me hizo pasar a tan mágicas paredes.

LA GUARDIANA DE LOS JUGUETES
En el interior del museo, a pesar de sentirme observado por los muñecos, tuve una sensación de positivismo, fue un viaje en el tiempo, por mi mente pasaban todos los juguetes que tuve de niño y de los que hasta ahora poseo, desde muñecos de la más alta calidad de material hasta de trapo, todos tenían un significado de nostalgia, bicicletas retro, tocadiscos, piezas publicitarias de los años 60 de los países en donde viajó el señor Gerardo Chávez, creador de este lugar de infancia, la guía empezó a explicar el propósito del lugar, le empecé hacer una serie de preguntas, me explicó su motivación de estar acá, según sus propias palabras
“Conocí al señor Chávez por mis estudios, él buscaba personal para laborar en el museo de arte moderno de Trujillo, pero fue cerrado por el fenómeno del niño y pasé a trabajar aquí, en este lugar aprendí mucho acerca de los juguetes, cosas que ni pensaba existían, poco a poco busqué información a través del internet, sobre las fábricas y la importancia que tiene el juguete en sí”.
Ella al igual que todos los visitantes percibe el ambiente del museo “es un lugar especial, en estos juguetes quedaron muchas de las emociones y sentimientos de los niños, además, encierra la etapa más bella del ser humano que es la niñez, mucho de estos juegos quizás desconocía, pero aprendí no solo de los visitantes sino también de los antiguos trabajadores que laboraban y gracias a ellos mis conocimientos en juguetes aumentó más”.
La señorita Liz era una chica muy servicial, atendía con gran humor a los visitantes, explicaba amablemente las secciones del museo y siempre le gustaba responder a las dudas de los curiosos que preguntaban constantemente, conversar con ella daba una sensación de tener una amiga a lado, una guardiana que cumplía dignamente su labor de ser la cuidadora y guía de este sitio lleno de reliquias.

PASILLOS Y SECCIONES 
Este mundo místico está dividido en 4 secciones, cada pasillo transmite una sensación diferente, pero siempre manteniendo la misma magia del lugar, la primera sala que observé fue el salón femenino, con sus paredes de color crema y diseño de flores se apreciaba aprecian muñecas, juegos de té, casitas de muñecas, artefactos de uso doméstico en miniatura y los tradicionales yaxes. Este ambiente recrea épocas de la infancia en aquellas niñas del ayer, abuelitas del ahora. En este punto me sentía observado por las muñecas sus ojos fabricado con material de vidrio aumentaba el realismo, figuras de niñas proveniente de china con su kimono. En la parte donde se encontraba la mesa de la guía se observaban posters de los diversos museos de juguetes de distintos países a los que viajó el señor y artista plástico Gerardo Chávez. Lo que me llamó más la atención de esta sección fue una muñeca que miraba fijamente como si me siguiera con la mirada a donde iba, sentía curiosidad por este juguete, hasta cierto punto parecía que una niña de verdad estaba en la vitrina, tenía su atuendo negro con cuello rojo, le daba un toque de elegancia y sabiduría a esta simpática muñeca.
El salón masculino era la segunda sección que se encontraba al frente, en sus vitrinas se encontraban, barcos, aviones y en especial los carritos. Los clásicos “chachi cars” y triciclos de los años 1970 estaban en exhibición, entre toda la colección lo más llamativo era un carro con un muñeco de payaso, con su cabello de colores, su ropa llamativa a rayas, maquillaje que lo hacía muy real y su gran nariz roja, además de su gran sonrisa que contagiaba a todo aquel que lo veía. Los amantes de los sistemas ferroviarios quedaban impactados con las enormes locomotoras y vagones que datan de inicio del siglo XX, dentro de la colección aprecié lo clásicos trencitos de la famosa marca Märklin que fueron elaborados en Alemania. Otra de los objetos más curiosos era la presencia de una enorme bicicleta de los años 1800, con una rueda enorme y otra pequeña me sentí en una película de época, las ganas de subirme eran enormes, sin embargo, el cartel de ¨no tocar¨ me lo impidió.
El salón preinca fue mi favorito, preferí entrar a ese antes que, a la sección popular, se visualizaba una vitrina parecido a un juego de ajedrez, muñecos hechos de lana y tela, cocido con colores y figuras muy curiosas, la más llamativa fue un muñeco de la cultura chimú que se asemejaba mucho a un Tumi, con sus coletas de lana y su sonrisa roja curiosa, me hacía sentir mucha más curiosidad por la historia del juguete.

FIN DEL VIAJE Y UN HASTA LUEGO DOLOROSO
Después de estar en tan mágico lugar me despedí de la guía ella amablemente me abrió la puerta, es en eso que, volví a mi realidad, las responsabilidades, los problemas y trabajos de la universidad volvieron a mi cabeza. Aquella sensación mágica que sentí solo se puede experimentar en el hermoso “Museo del juguete” un lugar al que se tiene que ir obligatoriamente al menos una vez en la vida.
Eran las 6:00 de la mañana de un frío amanecer en nuestra ciudad de Trujillo, el cielo estaba nublado, las nubes grises predominaban la vista, la ida hacia la universidad parecía eterna, la hora en la que habían citado a los viajeros era muy temprano, tuve que poner diez alarmas seguidas para levantarme temprano y llegar a las 6:30 hora en que partiríamos a San Pedro y Pacasmayo. Cuando llegué al punto de encuentro, algunos estaban con sus mochilas, otros con sus cámaras, había personas que llevaban su desayuno, yo por mi parte ni siquiera había comido algo, me encontré con mi grupo de amigos, todos de hambre por llegar temprano al punto de encuentro nos fuimos al sitio de comida que quedaba a unos pasos de la universidad, el lugar era pequeño y acogedor, estaba abierto las 24 horas del día, por lo que, la música y los empleados de turno estaban mucho antes que el bus mismo.
Compré un agua y un sándwich triple, para desayunar durante el viaje, eran dos buses que llevarían a la considerable cantidad de alumnos que se inscribieron al viaje, mis amigos y yo decidimos abordar el segundo, cuando subí me di cuenta que era angosto, sin embargo, los asientos eran pequeños, aun así, era cómodo sentarse, después de todo era un viaje de ida y vuelta, no se necesitaba una súper cama para estos tipos de aventuras.
Una vez saliendo de Trujillo, repartieron alimentos que servía como desayuno, era una bolsa transparente, contenía galletas y jugo “frugos del valle”, aunque no era mucho, se valoraba el gesto de darnos algo para tener energías durante la excursión, decidí abrigarme con mi casaca naranja para cubrirme del fuerte frio y dormir hasta llegar a nuestro primer destino que era San Pedro de Lloc. Al promediar las 10: 15 llegamos a la plaza de armas, era pequeño, pero con un ambiente hogareño, el calor se sentía fuerte, tanto que opté por sacarme el abrigo, fuimos al museo de “Antonio Raimondi” ahí se exponía los estudios y la vida de dicho personaje del mismo nombre, era una casona parecía de campo, tenía muchas habitaciones que transportaba al siglo pasado a todo aquel que entraba en ella, el ambiente tenía un suave olor a madera de buena calidad, todos sus estudios sobre el Perú estaban documentados en escritos de la época, también estaba el uniforme de la armada peruana, con su camisa roja, cordones amarillos, pantalones azules y sombrero alargado, era muy llamativo, portaban una espada tan larga que nada tenían que envidiarle a los samuráis. Fue como viajar al pasado y estar en una parte histórica de nuestro país.
Una vez terminada la visita al museo, nos dieron un folleto que contaba la fundación y propósito de aquel lugar, al abordar el bus nos íbamos a dirigir hacia “el cañoncillo”, a media hora de San Pedro, el viaje fue tranquilo y no hubo mayor complicaciones para llegar, una vez en el lugar el polvo golpeaba en el rostro como un martillo, los mosquitos estaban en abundancia y el calor era mil veces más insoportable, por eso, decidí cambiarme de ropa, me quité mi buzo gris y me puse un short negro, para aguantar la caminata, durante el camino hubo subidas y bajadas, tanto como una relación inestable, había partes donde hubo vegetación, otros en donde parecía el desierto del Sahara y en algunos tramos habían iguanas, esas que cambiaban de color, nuestro destino era llegar a la laguna. Parecía que el cansancio iba a ganar, sin embargo, llegamos al inmenso lago azul, lleno de peces y renacuajos, era tan limpio que se reflejaba como un espejo el retrato de todo aquel que deseaba mirarse, entre fotos y algunos que comenzaron a nadar, estuvimos 30 minutos, hasta la hora del almuerzo. El restaurant quedaba en Pacasmayo frente a su inmenso mar, el lugar era gourmet, la mesa era muy amplia, y la comida que era pollo a la plancha estaba muy bueno, el arroz pacasmayino tiene un sabor muy diferente pero demasiado rico, después de terminar, todos fuimos a la playa, unos se quedaron en la arena, otros se metieron al mar frio y salado, había parte en donde las piedras abundaban, las olas eran gigantescas, perfecto para todo aquel que le guste el surf.
A las 5:40 de la tarde todos abordamos el bus de regreso, después de un viaje cansado pero relajante, llegamos en la noche de vuelta a la universidad, bajamos y cada uno de mis amigos nos despedimos cada uno a su casa, hasta la próxima aventura.
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Siempre se ha dicho que los libros son la herramienta que nos ayuda a escribir mejor, a leer, memorizar, razonar y ser mucho más ágil en la comprensión lectura. Todo lector tiene una librería favorita para leer, comprar libros, estar un rato solo y contemplar la colección de increíble material de literatura que puede tener una librería, sin embargo ¿de verdad se los valora como debe ser? O ¿es una simple tienda que no tiene valor histórico ni sentimental para nadie?

A un año del cierre de la librería más antigua de Trujillo, este duro golpe todavía no sana a menos en mí todavía. Duele a todo aquel amante de la lectura, “La librería peruana” se llama este lugar, se encontraba a cuatro pasos de la plaza de armas y sin embargo a pesar de sus 84 años de vigencia no se pudo salvar de la indiferencia de las autoridades de no haber difundido este bello local, el cual encontrabas hasta los libros más remotos que hablaban de historia en su más grande esplendor.

Pero ¿Por qué tuvieron que cerrarla? ¿Es que acaso quisieron hacer una pollería? No lo sabemos, lo que sí se sabe, es que ahora se encuentra totalmente olvidada, con sus puertas llena de historia cerradas. En su último año estaba tan triste aquel lugar, con tan pocos libros y un ambiente que reflejaba abandono y desdicha. Lamentablemente estos son los lugares que más se deben valorar, pero, que al parecer ni a nuestras autoridades importa difundir.

Estas son las consecuencias de no difundir un bello lugar histórico, se pierde en el olvido para siempre, sin ser reconocido como debería ser y destinado a ser olvidado por sus propios habitantes que pasando por la librería saben el valor que tiene tal lugar, que en cualquier ciudad se preocuparía por mantener siempre activo.

¿Será que les toman importancia a otras obras que ni siquiera son de importancia? ¿hay una posibilidad de que quieran acabar con nuestra identidad? Mis motivos son simples, una falta de interés total por preservar nuestra cultura e historia, eso hace la diferencia muchas veces, pero ya es tarde para buscar culpables, ahora se debe mirar hacia adelante y cuidar de todos nuestros sitios sean arqueológicos, museos, librerías, entre otros.

Finalmente termino con 3 preguntas ¿de verdad nos importa nuestra cultura? ¿es cierto que nos preocupamos por preservar nuestros sitios históricos? O al final… ¿es posible ser tan indiferentes ante tal atrocidad?

No lo sé, al parecer sí, decidí seguir mi camino, continué navegando hacia nuevos horizontes, y siempre aconsejando a todos, cuidar de nuestra historia, puesto que es lo más preciado que tenemos y nos permite saber de dónde venimos.
El 10 de mayo se conmemora uno de los episodios más tristes en la historia de nuestro país, en aquella noche del año 1943 se incendió la Biblioteca Nacional Del Perú, incinerando todo nuestro valioso acervo cultural.

El primero en dar el aviso fue el guardia de servicio, en aquel entonces, Valeriano Grados. Cuando llegaron los bomberos las llamas tenían ya proporciones preocupantes. Las compañías France No 2, Grau de Barranco y Olaya de Chorrillos entraron en combate contra deflagración en medio de la madrugada.

Lamentablemente los bomberos no pudieron controlar el siniestro que se había generado en el Archivo Nacional, el fuego se expandió hasta llegar a los ambientes del Instituto Histórico y la Sociedad Geográfica se habían convertido en un salón ardiente, las tres entidades funcionaban en el mismo local de la biblioteca. Las mangueras principales tuvieron que ser removidas en el patio central, donde la situación era crítica.

Las desbastadoras lenguas de fuego

Después de largas horas incansables de lucha, en el amanecer parecía que el incendio ya había sido controlado, sin embargo, un monaguillo alertó a los bomberos que las llamas se acercaban a la iglesia San Pedro. A esas horas los salones que se exhibían la historia de América y Europa habían desaparecido. Una parte del edificio de la Sociedad Geográfica se derrumba, se encontraba en la parte alta del local.
Luego de que las llamas fueran extinguidas, la oficina de dirección había sido salvado de aquel terrible siniestro, se logró rescatar algunos documentos que se guardaban allí por su especial e inconmensurable valor histórico. El director en aquel entonces, Carlos Romero, había sido alertado de la situación a las dos de la madrugada. Se encontró con un panorama muy desolador, comentó que habían perdido más de cien mil volúmenes empastados y cuarenta mil manuscritos, entre ellos la colección del Mercurio Peruano y la Geografía de Juan Galve, de las pocas que existían en el mundo, asimismo se salvaron enciclopedias de numerosos países.
En los días siguientes empleados y funcionarios recorrieron los escombros del siniestrado lugar tratando de rescatar de entre las cenizas libros y documentos, como quien busca sobrevivientes luego de una batalla.

Ayuda de numerosas manos amigas

Días después del siniestro, numerosas instituciones se ofrecieron hacer donaciones para ayudar a la reconstrucción del museo. Librerías Unidas había donado dos mil soles para la compra de libros y la Asociación de Artistas Aficionados ofreció ayudar mediante funciones, colectas y donaciones.

La embajada boliviana comprometió su ayuda ante la desgracia. Los gobiernos de Estados Unidos, Colombia y Venezuela también mostraron su pesar. Asimismo, la International Petroleum y la Librería Internacional del Perú donaron dinero. Y la Asociación Médica Peruana Daniel Alcides Carrión prefirió entregar libros.
En días posteriores Romero señaló con algún alivio que se habían salvado los cinco primeros libros editados en Lima por las prensas de Antonio Ricardo, entre ellas la “Doctrina christiana” de 1584, que es el primer libro impreso en toda la América del Sur
Finalmente, la titánica tarea de reconstrucción recayó en Jorge Basadre, nombrado por el presidente Manuel Prado. Pero el ilustre historiador no se limitó a levantar la nueva Biblioteca Nacional, sino que además se preocupó de la formación técnica del personal. Y hasta llegó a crear la Escuela Nacional de Bibliotecarios en 1944.
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