El docente universitario abre las puertas de su vida y cuenta cómo fueron sus inicios, sus dificultades y los hechos que marcaron su carrera profesional.
Raúl Rivero Ayllón, es un profesional con mucho reconocimiento y amplia experiencia, cumple cuatro décadas de trayectoria, con una voz de denota sabiduría, siempre vestido formalmente, pero con un gran sentido del humor, nos recibió amablemente en las instalaciones de la enorme Universidad Nacional de Trujillo, luego de dictar sus clases.
Nos contó un poco más de su vida personal y sus experiencias que vivió en su niñez junto a sus padres y hermanos, sus anécdotas de cuando era un joven estudiante, también sus pasatiempos favoritos, como era la relación con su familia, además de talentos ocultos que muy pocas personas saben que él tenía.
Bueno, acá nos encontramos con Raúl Rivero Ayllón, es un relacionista público, publicista, periodista y escritor, ¿cómo está maestro? Bien, buenas tardes, encantado de recibirlos
Quisiera adentrarme un poco más en su vida ¿Cómo fue antes de ser el profesional que es ahora? Haber, déjeme recordar porque ya pasaron más de 60 años, mi familia es del valle Chicama, específicamente de la provincia de Ascope, pero en mi caso personal soy nací en Casa Grande, yo soy el último de mis hermanos, éramos cerca de 16, mi padre era zapatero y mi madre vendedora ambulante, tuvimos que salir del valle para que todos los hermanos tengamos oportunidades laborales, como todo provinciano en el movimiento migratorio, al ser el menor de todos digamos que yo disfruté de los beneficios, porque tengo un hermano mayor que es el literato, él tuvo que vivir la experiencia de lo que llamamos pobreza ahora al igual que todos mis hermanos mayores (…) Hubo un tiempo en donde viví en el pueblo joven La Esperanza, que ahora es un distrito, eran todo arenal, las casas de adobe, ahí viví toda mi adolescencia, en la práctica hasta terminar mi secundaria, en el colegio nacional de San Juan, luego en el año 70 ingreso a estudiar en el Instituto Carlos E. Uceda de Trujillo en el área especial de relaciones pública, como siempre digo mi formación a nivel de instituto es nocturno a mucha honra.
¿Tiene algún talento oculto que le haya servido en todos sus años laborando? Yo tenía una cualidad que ahora ya me olvidé un poco, yo era dibujante, me gustaba el diseño, entonces dentro del marco de mi practica diseñaba los folletos, pero a nivel de mimeógrafo o sea a nivel de artesanal, tenía que dibujar en el famoso esténcil, era una placa de seda, tenía un papel carbón, y debajo había un cartón más grueso para proteger, se dibujaba el rostro con un punzón (…) Así empezó mi vida, arreglando máquinas, manchándome las manos, la ropa, manejando el mimeógrafo y dibujando.
¿Hay algún recuerdo bonito que tenga con algún familiar suyo? Bueno, en realidad nosotros los hermanos Rivero Ayllón, fuimos hechos por la vida para andar por caminos distintos, Teodoro viajaba mucho al extranjero, mis otros hermanos también, trabajaban en otros lugares y muy pocas veces nos podíamos reunir, pero lo interesante es que cuando era el cumpleaños del abuelo todo el mundo viajaba en tren de Trujillo hacia Ascope, eso era lo más rico, viajar en el clásico tren que ahora ya no existe y eso nos unía, en el cumpleaños del abuelo y la abuelo en Ascope, se iba a la casona, toda la familia, no solo los Rivero-Ayllón sino también todos los “ayllones”, ahí se encontraba con las tías, eso era lo más agradable era un reencuentro de todos, con el transcurrir del tiempo, muy esporádicamente nos encontramos los hermanos exactamente Rivero-Ayllón, el 23 de septiembre ha sido el cumpleaños de mi hermano el literato Teodoro y nos encontramos todos los hermanos que sobrevivimos todavía.
¿Hay alguien que le haya inspirado para iniciarse en el periodismo? En realidad, salimos del colegio San Juan en el año 68, fuimos a vagar por Lima, trabajábamos en todo lado, luego de encontrar una vacación que ya la tenía, ahora se llama comunicador, la necesidad de buscar acercamiento con la sociedad y ser una especie de diplomático organizacional, de repente ahí estaba la inclinación escondida, si no que no había antes una posibilidad de estudiar en universidad, por diversos motivos, así en el camino uno va encontrando en el camino sus propias experiencias, ahí nace, hice periodismo también, era corresponsal de radio antes trabaja en “Radio Sudamericana” que quedaba en Pizarro y practiqué el periodismo, saqué una revista, se llamó “Exclusiva” lo hice con un grupo de egresado de Uceda, tuve experiencia periodística en ese formato, trabajé haciendo notas de radiales cubriendo en el distrito de La Esperanza, con el tiempo fui colaborador de La Industria, haciendo notas o comentarios, pero lo más importante de la carrera no fue solo quedarme en periodismo si no entrar en el mundo de las relaciones públicas y eso tuvo más peso en mi vida, sin dejar el lado publicitario.
Bien, ahora como sabemos cuándo estamos en un instituto o universidad, no todo es estudiar y estresarnos, también habrá tenido pasatiempos libres en su época de estudiante ¿podría decirnos alguna anécdota por ahí? Una cosa que casi nadie cree es que yo jugaba fútbol, tengo por ahí unas fotos, pero antiquísimas, jugué en un puesto que nadie se imagina, fui arquero, en La Esperanza y de ahí nos invitaba a otras provincias a jugar en las fiestas patronales, nos invitaban a Otuzco, Santiago de Chuco, Sayapullo, Contumazá, Cascas e íbamos, así como va Universitario de Deportes que va a jugar a otra ciudad y nos recibían con banda de músico, el equipo de fútbol invitado era la delegación máxima, nos recibían como héroes deportivos.
Tuve la oportunidad de vivirloClaro, si es muy bonito
Es como una sensación que te da energías para jugar Por supuesto, es una festividad, jugábamos en la sierra de Sayapullo, el terreno de juego estaba en la ladera del cerro, el campo era inclinado, entonces el que perdía la pelota, se iba al abismo y el partido acababa.
Y me imagino los orificios en el campo, las piedras, la tierra
Qué bueno fuera tierra o pasto, era pura piedra, te resbalabas y terminabas lastimado. Encima el arquero volaba y caía allí en ese campoPor eso usábamos coderas y rodilleras que eran de colchón, para que al momento de caer amortigüe, si no uno salía todo raspado. Una anécdota en lo deportivo fue cuando estaba en Sayapullo, ganábamos dos a cero y no sé cómo miré de casualidad a la tierra y me percaté que había ramas en forma de cruces pequeñas, pensaba que solo era eso, pero me di cuenta de que todo el arco estaba lleno de todo eso, era el signo de mala suerte, un tipo de brujería al arquero visitante, para ver si de esa manera podía ganar. Mi vida no ha sido solo trabajar, claro que ya he dejado el deporte, pero ya dejé el deporte, pero es parte de las vivencias
¿Podría decirme como era la relación con sus padres? Fue buena, yo al ser hijo último, disfruté de la vida un poco más cómodo, yo viví con ellos hasta su muerte, yo he tenido la suerte si se puede llamarlo así o tener la dicha de hijo de bajar a mi madre del segundo piso cuando falleció, ella sufría de insuficiencia cardiaca, vivíamos en La Esperanza, en la madrugada le dio su ataque te imaginas bajar cinco cuadras a la panamericana a esa hora, buscar un taxi y llevarlo hacía el lugar, esas experiencias son maravillosa, ya que ahí se entiende lo que es el amor entre padres e hijos, cuando viene la muerte es el momento en donde uno entiende perfectamente. La mejor herencia que hemos tenido de ellos son los valores y la superación.
¿Y en cuanto a sus hijos, esposa como están ellos? Bueno ahí los muchachos están bien, yo tengo cuatro hijos dos hombres y dos mujeres, tengo cinco nietos.
¿Ya son profesionales verdad?Mis hijos ya son todos profesionales, mi esposa y yo vivimos los dos solo acá, un hijo está por Colombia, él es ingeniero de sistemas, otro está trabajando en Lima en el ministerio de justicia, mi otra hija es arquitecta está en Huancayo, mi otro hijo está laborando de médico en Chiclayo y nos vemos esporádicamente con ellos , pero ahí entra la ventaja del famoso WhatsApp, el cual por ese medio nos comunicamos con ellos.
Disfruta mucho de sus nietos cuando vienen Por supuesto, ahora que están grandes, viajamos juntos con ellos cuando podemos, hay una relación maravillosa, tanto así que se comunican conmigo, claro me dicen abuelo, me hacen bromas, chistes, yo creo que esa es la mejor relación, me sienten su amigo y yo quiero ser eso, amigo de mis nietos, yo siempre les digo que soy su primo.
Y ya para terminar la entrevista, usted tiene más de 4 décadas de ejercicio de docencia y profesional, ¿Podría decirme cual es el hecho que lo marcó profesionalmente? Fue en realidad, que he sido un gitano de las empresas, creo que sigo siéndolo, mi meta estudiantil nunca fue quedarme más de diez años, yo siempre he dicho, mi primer trabajo no más de diez años y se cumplió exactamente, entré en el año 74 hasta el año 84, renuncié del trabajo donde tenía laborando esa cantidad de tiempo y me fui a la Marina de Guerra del Perú, estuve ahí, en ese momento necesitaban civiles para que se incorporen, después me vino algo inestable, asesoré a una alcaldesa y de ahí me fui a los consorcios de los Rodríguez-Soyle, estando allá como universidad como profesor de comunicaciones, posiblemente el primer decano académico, renuncio y me voy a Chiclayo otros diez años, renuncio y me vengo a los registros públicos, o sea he sido un gitano laboral, yo creo que todo eso me ha formado.
Listo, muchas gracias maestro Gracias a ti.
Espero en otra ocasión nos volvamos a encontrar Yo creo que si, en cualquier otro momento, mientras que viva (Risas)
Listo maestro, muchas graciasDale, gracias a ti.
Cifra: Cuenta con más de 10 libros publicados, entre los más rescatables están: epistemología de las relaciones públicas, deontología periodística, sigue la línea, pero no te excites: los senos y las nalgas en la publicidad, entre otros.
Dato: Raúl Rivero Ayllón fue fundador del primer colegio de relacionistas públicos, redactando las normas transitorias de la ley 25250.