Un golpe a duro a la lectura trujillana que aún se siente, por Sergio Polanco image
Siempre se ha dicho que los libros son la herramienta que nos ayuda a escribir mejor, a leer, memorizar, razonar y ser mucho más ágil en la comprensión lectura. Todo lector tiene una librería favorita para leer, comprar libros, estar un rato solo y contemplar la colección de increíble material de literatura que puede tener una librería, sin embargo ¿de verdad se los valora como debe ser? O ¿es una simple tienda que no tiene valor histórico ni sentimental para nadie?

A un año del cierre de la librería más antigua de Trujillo, este duro golpe todavía no sana a menos en mí todavía. Duele a todo aquel amante de la lectura, “La librería peruana” se llama este lugar, se encontraba a cuatro pasos de la plaza de armas y sin embargo a pesar de sus 84 años de vigencia no se pudo salvar de la indiferencia de las autoridades de no haber difundido este bello local, el cual encontrabas hasta los libros más remotos que hablaban de historia en su más grande esplendor.

Pero ¿Por qué tuvieron que cerrarla? ¿Es que acaso quisieron hacer una pollería? No lo sabemos, lo que sí se sabe, es que ahora se encuentra totalmente olvidada, con sus puertas llena de historia cerradas. En su último año estaba tan triste aquel lugar, con tan pocos libros y un ambiente que reflejaba abandono y desdicha. Lamentablemente estos son los lugares que más se deben valorar, pero, que al parecer ni a nuestras autoridades importa difundir.

Estas son las consecuencias de no difundir un bello lugar histórico, se pierde en el olvido para siempre, sin ser reconocido como debería ser y destinado a ser olvidado por sus propios habitantes que pasando por la librería saben el valor que tiene tal lugar, que en cualquier ciudad se preocuparía por mantener siempre activo.

¿Será que les toman importancia a otras obras que ni siquiera son de importancia? ¿hay una posibilidad de que quieran acabar con nuestra identidad? Mis motivos son simples, una falta de interés total por preservar nuestra cultura e historia, eso hace la diferencia muchas veces, pero ya es tarde para buscar culpables, ahora se debe mirar hacia adelante y cuidar de todos nuestros sitios sean arqueológicos, museos, librerías, entre otros.

Finalmente termino con 3 preguntas ¿de verdad nos importa nuestra cultura? ¿es cierto que nos preocupamos por preservar nuestros sitios históricos? O al final… ¿es posible ser tan indiferentes ante tal atrocidad?

No lo sé, al parecer sí, decidí seguir mi camino, continué navegando hacia nuevos horizontes, y siempre aconsejando a todos, cuidar de nuestra historia, puesto que es lo más preciado que tenemos y nos permite saber de dónde venimos.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO